Estaba de bajón, por algo que me asombra aún lo que me afecto. A lo largo de la vida me han ido sucediendo cosas (supongo que como a todos) durillas, a las que he sabido enfrentarme y de las que normalmente salía con una lección aprendida o por lo menos con más fuerza o recursos para pelear por las cosas que me interesaban. Por eso, estoy asombrado lo fácil que puede ser que te hagan daño a través de tus hijos. Es cierto lo que dicen, no puedes hablar hasta que vives la situación, yo pensé que quería a mis sobrinos y a los niños de mis sobrinos.... pero cuando tienes un hijo te das cuenta realmente de lo que puedes llegar a querer. Yo me he sorprendido queriendo más aun a mi marido por como es con nuestra hija, y sobre todo nos hemos sorprendido los dos de lo que puedes llegar a querer a un hijo, tanto como para que sea de alguna manera el motor de nuestras vidas, de ahí que cuando Mencía vino diciendo el miércoles que no quería volver al colegio por que nadie quería jugar con ella, por que nunca iban a ser sus amigos y que se había pasado el recreo después de comer "andando", ya os podéis imaginar la película que me monte yo en la cabeza, me pase la noche del miércoles llorando, estoy preparada para afrontar cualquier cosa menos el dolor de mi hija...........................