y yo le sigo, le sigo la corriente, porque María Cristina me quiere gobernar......

martes, 17 de abril de 2012

Un antes y un después



Ya conté en alguna ocasión que me metí en este mundo del blog sin prever que me fuera a gustar tanto y sin saber que me iba hacer tanta compañía. Debe ser mi parte exhibicionista o que al ver vuestras historias me parece que las escribo yo,  mi vida, mis miedos, mis alegrías, tristezas son muy parecidas a las de otros, por eso cuando os cuento mis cosas lo hago sin pudor, por que se que lo estáis entendiendo.

Creo que soy o más bien era una persona de las que siempre veía el vaso medio lleno y aunque intento ser objetiva y realista con mi vida, desde hace unos años no soy capaz de dejar de sentir pena en mi corazón.
Tengo la vida que quería, una pareja y una hija a la que querer con los que comparte mi día a día, una familia extensa y que siempre está ahí para los momentos buenos y malos, trabajo. Pero falta mi madre...

Si ya se,  a muchos de vosotros os pasa lo mismo, no es nada extraordinario, pero a mi me cuesta más cada día el saber que no está aquí.

Mi madre, como muchas mujeres de su época, cumpliría 83 años el 29 de marzo si estuviese viva, tuvo una vida dura, trabajo muy duro fuera y dentro de casa, saco adelante a ocho hijos y se quedó viuda justo en el momento en que ella y mi padre después de tantos años de trabajo iban a empezar a disfrutar de la vida (jubilarse). Ella no fue capaz de superarlo y se sumió en una depresión que le saco la alegría de vivir y con el paso de los años se convirtió en demencia senil/alzheimer.

Fue muy duro ver  los últimos años de mi madre, que era la persona más buena que os podéis imaginar, generosa, buena madre, buena abuela, buena amiga, dispuesta siempre a hacer un favor a quien fuera.

Fue duro ver como se convertía en una persona a la que casi no reconocía y que vivía en permanente miedo y desconfianza.

Y sobre todo, esta siendo duro el saber  que a pesar de que lo intente con toda mi alma no estuve ni un momento a la altura de las circunstancias, ni a la altura de lo que mi madre se merecía.Ella  que estuvo allí siempre en las penas y en las alegrías, mi enfermedad, mi boda, el aprobado de la oposición, el no poder tener niños , la compra de la casa, la llegada de mi hija Mencía...

Por eso he pasado de ser "la alegría de la casa" a la "Dama de las Camelias".Lo intento, no sabéis como lo intento todos los días,  volver a ser la persona de antes pero no doy encontrado  la receta "mágica"  y lo de que el tiempo todo lo cura en mi caso está funcionando al revés. Y a veces me canso de este "estar bien" ficticio que mantengo para no ser la plasta que siempre este deprimida y con cara de pena y aún por encima sin razón.

Me he pasado estos dos últimos años intentado sacar de la cabeza lo que no doy sacado del corazón ...


3 comentarios:

  1. Estoy leyendo tus pensamientos y hago reflexión de los míos , y se parecen mucho, y digo yo, cada uno hizo lo mejor que supo en su día por una madre que se merecía todo, ella sabía lo mucho que la queríamos o al menos lo decía cuando hablaba de nosotros, nos quedaron sus enseñanzas que fueron muy buenas,pues eran vivencias propias de la vida misma, ejemplo de la misma estás tú con un corazón que no te cabe en el cuerpo, piensa que ella será feliz viéndonos a nosotros también felices allá donde esté. Así que como hermana mayor y por decreto prohíbo que sean más infeliz. Un beso, y un abrazo muy grande.

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  2. Precioso comentario el de la hermana mayor de esta bloguera. He descubierto tu blog por pura casualidad y me he quedado enganchada a tus pensamientos. Yo soy otra "hermana mayor" (con cuatro detrás de mí) y perdímos a nuestra madre el pasado mes de enero. No tenía esa tristísima enfermedad, pero si luchó durante cuatro meses contra reloj, hasta que su corazón dijo "¡basta!". Como tú, también he tenido a veces la sensación de no haber sido suficientemente buena para ella, que era la mejor. Y tienes todo el derecho del mundo a estar triste y a llorar cuando lo necesites. Y no ser la persona perfecta que todo lo controla. Sólo cuando se acepta y se vive la pena, es posible llegar a convertir esa tristeza en un presente armonioso.
    Un afectuoso abrazo.
    Carmen.

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  3. no te puedes imaginar como te entiendo, mi madre era alegre, comprensiva, creemos todos que no se podía ser mejor, lleva 20 años con alzheimer ahora tiene 95 y es como desde hace ese tiempo que está ahí pero que no está. Vive en la Residencia Paz y Bien en Tui, donde una hermana mia religiosa de la orden Franciscanas Hospitalarias la cuida, bueno, no solo ella, sino todo el personal, al que solo puedo dedicar palabras de elogio por su cariño a todos los ancianos y dedicación.
    Pero te puedo decir también que tenemos la suerte que todavía está aquí y todos los fines de semana vamos a verla y a mimarla, y si bien la enfermedad es horrible, no deja de ser por otra parte un nexo de unión para que la familia estemos juntos todos los findes. Un besazo y un abrazo enorme Cristina. Muac.

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